Dels meus disbarats de joventut el que més pena em dóna no és l'haver-los comès, sinó el no poder tornar a cometre'ls.
jueves, 3 de noviembre de 2011
Cuando las inocentadas se adelantan...
¿Cuál es nuestra inocencia? ¿Cuál es nuestra culpa? Todos estamos desnudos, nadie está a salvo. Y esta vez el cazador vuelve a ser cazado para el entretenimiento de los demás. Cuidado cuando le dejas al lobo cuidar de las ovejas ;)
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